El artículo del mismo nombre de Michael E. Porter y Marc R. Kramer  publicado en la Harvard Business Review , aporta una refexión sobre las posibilidades reales que tiene para las Empresas  incorporar e invertir en mejorar el  bienestar de  la comunidad donde opera, de modo que
exista una relación win win para todas las partes: empresa y comunidad.

¿Es posible mejorar la realidad de las zonas donde se produce teniendo en cuenta que se escoge la zona obedeciendo a un criterio de mayor márgen de beneficio por un menor coste productivo?

En un mundo global con comunicaciones  a tiempo real,  en el que  la posición  tradicional de los países habitualmente como sólo productores de bienes de consumo cambia progresivamente a ser también consumidores y en el que la evolución del consumo en dirección a nuevos y  masivos mercados en desarrollo, parece claro que  mantener una política de tierra quemada en las zonas productivas, con absoluto desprecio de las condiciones personales o ambientales que generamos, exprimiendo  lugares con un criterio economicista de beneficio, para luego buscar otro donde sea más rentable hacerlo de nuevo, puede ser, a medio plazo, un suicidio a nivel comercial para la marca y sus accionistas.

 Asimismo, la relación asimétrica entre consumidores y empresas ha adquirido simetría, los consumidores del denominado primer mundo han descubierto su poder para organizarse y causar cambios en las empresas, y si una empresa causa daño activamente al entorno, ambiental o
social, puede enfrentarse a un boicot nacional o internacional a sus productos.

Entonces, tanto por imagen de marca como por valor comercial, puede resultar rentable incorporar aspectos no directamente económicos en nuestra gestión productiva, evitando generar daños donde se opera y concienciando a nuestros stakeholders de nuestro rol también social, no sólo orientado a los beneficios.

Trabajando en esta línea surgen los programas generales de Responsabilidad Social Empresarial, donde las organizaciones empresariales  colaboran con agentes del tercer sector y muestran su lado más social o no directamente economicista.

Pero qué ocurre cuando este factor (invertir en acciones sociales), en lugar de tener un abordaje marginal se convierte en una argumento estratégico de negocio para la marca, es decir, qué ocurre cuando invertir en la mejora de las comunidades o del ambiente, genera también beneficios a la organización que las promueve, qué ocurre cuando lo que entendíamos como acciones de rsc pasan a ser negocio.

Más allá de consideraciones éticas, cada vez está más claro que es posible, que las organizaciones empresariales pueden trabajar el componente social no sólo como estrategia de marketing, sino también productiva y de gestión, y más allá de implicarse:  lo que entendemos como planes de responsabilidad social corporativa, pueden comprometerse y  generar beneficio no sólo económico en su cuenta de explotación sino también de desarrollo económico, social y/o ambiental en su zona de influencia.

El magnifico artículo de la Harvard Business Review, parece estar orientado a grandes corporaciones y a su implantación en países sur, pero creemos que también tiene validez para cualquier empresa independientemente del tamaño y en cualquier ámbito geográfico de aplicación, no necesariamente para los países en vías de desarrollo, sino también en los países norte.

Es una propuesta ambiciosa y novedosa en su concepto, pero nosotros creemos en  esta visión,  y trabajamos con el objetivo de crear los vínculos sostenibles entre ambos mundos e integrar el componente social como un elemento más a tener en cuenta en la planificación estratégica de las empresas,  más allá de la RSC.

Las implicaciones y el efecto que puede tener sobre la sociedad puede ser enorme y los riesgos también, pero hay que tener en cuenta que implica un cambio no sólo en la manera de gestionar las empresas, sino también en la sociedad en general.

En inteligencia artificial, la primera frontera para identificar a una máquina de un ser vivo, es la autoconsciencia de uno mismo como ser, yo soy… del mismo modo, las empresas hasta ahora sólo se adaptan a los cambios sociales  como un modo de ser más competitivas, no son conscientes de su rol como agente de cambio de la sociedad, la pregunta es ¿qué ocurrirá cuando lo sean?.

En post siguientes abordaremos que papel puede jugar  la RSC y que rol deja  a las ONG la posibilidad de que las empresas privadas asuman mejorar la realidad de las zonas donde operan.