El emprendimiento crece en España, surgen propuestas, algunas organizaciones privadas y empresas aportan fondos para proyectos de emprendimiento, surgen incubadoras y aceleradoras que permiten potenciar esos proyectos  para afianzar su salida en el mercado y aportar más posibilidades de éxito. La verdad es que ante la visión, no ya sólo presente sino también en el medio plazo, de un mercado laboral en compresión (por decirlo de un modo delicado), una de las únicas alternativas para todas las personas que finalizan en una empresa, están fuera de los parámetros deseables de la selección, quieren tener cierto control sobre su futuro o sencillamente sueñan con una idea, es el Emprendimiento.

second chanceBuenas ideas no faltan: somos un país en el que el talento y la habilidad de conseguir resultados con menos recursos forma parte de nuestro adn y si bien es cierto que anteriormente existía una dificultad crónica para conseguir fondos para arrancar el negocio y actualmente conseguir créditos para el negocio es casi una misión imposible, en estos momentos las circunstancias propician que el entorno sea favorable para emprender y explotar ese talento o gran idea y todo ello aún siendo el nuestro un país en el que, pese a todos los mensajes de apoyo, las administraciones públicas están más orientadas a la recaudación cortoplacista que a la creación de riqueza y donde crear una empresa desde cero es realmente, tanto en trámites como en costes, como escalar una pared vertical.

Pero como suele pasar, muchos son los llamados pero pocos los elegidos, los financiadores y las incubadoras pueden manejar un número limitado de proyectos. Lo que hace que dispongan, con buen criterio, de unos niveles de entrada que permitan escoger entre todos los proyectos presentados, y acoger los más maduros o mejor posicionados para ser lanzados o financiados. En buena parte de los casos, especialmente para financiadores, el plan de negocio es uno de los filtros decisorios.

¿Llegados a este punto, que ocurre con todos los proyectos descartados? ¿No son buenas ideas?¿No tienen cabida o no tienen futuro? ¿Han sido rechazados para siempre?

Nos resistimos a pensar así. Lo que necesitan todos los emprendedores no escogidos es entender que no pasar un filtro de entrada no necesariamente los descarta para siempre, que no ser escogido no implica ser rechazado. El proyecto necesita una valoración que facilite al emprendedor saber que su proyecto es viable y qué debe potenciar para volver a presentarse ante los financiadores con garantías de conseguir fondos la próxima vez.

También deben tener claro que la idea sola no es suficiente, que el plan de negocio debe tener algo detrás que permita visualizar como alcanzar esos números y ser conscientes de que todo emprendedor está enamorado de su proyecto y tiende a sobrevalorar sus posibilidades y a minimizar sus problemas.

Creemos en las segundas oportunidades;  nadie nace aprendido y fracasar a la primera es un aprendizaje cuando sabes porqué. No alcanzar hoy la financiación o el acceso a una aceleradora, no implica que el proyecto sea malo o la idea pura ficción, es necesario saber qué hacer con nuestro proyecto, si persistimos en solitario, si necesitamos aliados, si debe madurar o esperar, si debemos abandonar momentáneamente o redirigir nuestro esfuerzo modificando el proyecto.

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