No son iguales pero tampoco tan diferentes.

Cierto que una ONL se mueve por principios y valores diferentes a los de una empresa, y que incluso en las ONL los valores tienen una importancia capital y están más interiorizados; cierto que la mayoría de los trabajadores y colaboradores de una ONL se mueven por intereses personales y profesionales diferentes a los de los trabajadores de una empresa privada; cierto que las ONL se rigen por legislación diferente y específica que las de las empresas; cierto que en las ONL hay áreas de gestión (por ejemplo, el voluntariado) desconocidas en la empresa, pero …

También es cierto que tanto una ONL como una empresa son “organizaciones” que trabajan con personas; que ambas deben fijarse unos objetivos de rentabilidad y de eficiencia en sus operaciones; que ambas deben tener unos estándares de calidad; que ambas deben elaborar y cumplir unos presupuestos, que ambas deben optimizar la utilización de los (habitualmente escasos) recursos, que ambas deben analizar y seleccionar entre diferentes alternativas de inversión, que ambas deben gestionar unas finanzas: con sus cobros, sus pagos, sus excedentes y sus déficits de tesorería, que ambas han de llevar una contabilidad por áreas o proyectos, que ambas has de hacer uso del marketing y la comunicación, que ambas han de hacer uso de las nuevas tecnologías, que ambas tienen unas obligaciones de información antes los organismos públicos, que ambas tienen obligación de rendir cuentas a terceros (sean estos donantes, accionistas,  colaboradores, empleados o, la sociedad en general, …).

En definitiva, que parecen que la dirección y la gestión de toda organización, sea una empresa o una ONL, tienen más puntos en común que divergencias.

 De hecho, muchas ONL ejercen una actividad empresarial. Por ello, y sin llegar a la plena identificación no puede rechazarse a priori que las ONL sean gestionadas aplicando criterios empresariales.

Y como consecuencia de lo anterior, parece lógico que, con las adaptaciones y limitaciones necesarias, las ONL pueden utilizar aquellas
herramientas y técnicas de gestión que ya están desarrolladas para la gestión empresarial y que son coincidentes con las necesidades propias de las ONL.